



Fuente de Santa Maria de Vallvidrera en el Turó de Mont
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En el Puig Madrona: ¡Seateros, allí está la SEAT de Martorell!
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Impresionante vista de el bosque cercano a Can L'Amigonet. ¡Y pensábamos que el Tibidabo había quedado peor!
¿Qué decir de la salida? ¡Qué hay mucho "máquina"! Gente muy fuerte y otros que no lo estamos tanto, aunque, sin duda, lo pasamos en grande haciendo lo que nos gusta: BTT. Con Ramón "dando guerra" -¡el tío ni nos dejaba respirar cuando nos reagrupábamos! (es coña, "company": en el fondo "nos va la marcha" y nos gusta que nos "flagelen".....¡pero solo un poco!), tras haber hecho el "calentamiento" que hacemos hasta Sant Just -al tener que ir recogiendo a los componentes de la Penya que viven en Esplugues o Sant Just- y que nos viene de maravilla para poner los músculos a tono y, como dirían los espartanos de Plato Pequeño, "despertarlos para la batalla"-, empezamos la subida del Poni Club.
A Ramón, Rosendo, Paco Lapierre, Jordi y Toni -¡qué caña nos dieron los cinco ayer!-, en la segunda curva les perdí de vista y, claro está, ¡a ver quién tiene "dos c....." para arrancar en pleno Poni Club, con sus rampas de más del 12% de media, para intentar, siquiera, acercarse a ellos! Por ello, los demás, a llegar arriba lo más dignamente posible. Sobretodo, un aplauso aquí para Paco y Angel ya que, a pesar de la dureza y de lo poco que cogen la "cabra", no tardaron mucho en llegar arriba; lo que siempre se dice en estos casos: ¡a disfrutar de una salida con los "compis"! El nivel de forma de cada uno...¡que más da si lo disfrutamos!
Como Ramonet estaba guerrero....¡a los "containers" a toda leche! A toda leche, ellos, los cinco "fantásticos" y Xavi que, según me contó Ramón, se hicieron un "sprint" tremendo. Yo y todos los demás también íbamos a tope, aunque, al igual que en el Poni, tampoco les vimos el pelo. De ahí, nos fuimos decididos hacia el Tibidabo -había tiempo de sobra, no llevábamos ni una hora-, ya que las pistas estaban limpias. Tras bajar por la casa rosa y la trialera de Mª José, llegamos a Can Cuiàs sin novedad. Cogimos la pista de la Espinagosa y.....¡¡adónde váis!! Mis compañeros decidieron bajar por el Fondal hacia el Pantano de Vallvidrera, ignorando mi advertencia sobre los perros sueltos de la zona....Pero, esta vez, hubo suerte. No nos "atacó" ninguno. Mis recuerdos y temores sobre el "rottweiler" que casi se me echa encima -allá en el lejano 2003-, se convirtieron en alivio al llegar a la pasarela del Pantano, donde, como viene siendo habitual, nos hacimos una foto, aunque el pantano, ayer, estaba seco.
¡Sí que parece una "grupetta" la Penya en esta foto hecha en el Pantà de Vallvidrera!
Tras bajar las escaleras hacia Les Planes -¡¡¡Xavi, cuidado con los "yayetes"!!!; ya sabéis a qué me refiero, je- y "tocar" un poco la carretera de Vallvidrera, subimos por Casa Juana y el Centre d'Informació del Parc hacia el Turó d'en Puig. Poco he hablado de esta corta aunque exigente subida de unos 2 Km y 120 metros de desnivel positivo acumulado y, la verdad, es que, sobretodo en su parte inicial y final -¡al menos hay un pequeño respiro en mitad de subida!-, hecha a un ritmo fuerte, es dura ya que, luego, se enlaza, casi sin descanso, con el Mortirolo 2. Allí solo se me ocurre adelantar, por primera y única vez en toda la ruta, a......¡Ramón el Máquina! Y, claro está, no hay perdón para el pobre mortal. Creo que me dejó en cabeza -eso sí, entre improperios como "¿¡dónde va este gregario!?" y "les dejas respirar un poco y se te suben a las barbas"- unos 10 o 15 metros.....Iluso yo.
Lo dicho, subida del Mortirolo 2 a buen ritmo por parte de todos y ¡"cap al Tibidabo"! En el Coll de la Vinassa, Emili y Paco Lapierre se despiden para bajar por la trialera de la Torre de Collserola. La vista en el Tibidabo, como me hizo notar Rosendo, era espectacular, de una claridad que no había visto nunca -¡no, si ahora me convertiré en escritor/poeta!- y que mereció unos segundos observarla.
Tibidabo: octubre de 2.007
De allí bajamos hacia la carretera de Sant Cugat y, por los Vivers de Can Borni y la trialera del mismo nombre -¡qué pesados estáis con llamarla "trialera de los Bomberos". ¡No es ésa, compañeros! Llamadla "de las raíces" o como queráis. Cuando queráis hacer la de los Bomberos de verdad, decídmelo, que yo os dejo en la entrada, me bajo por pista hacia el final de la misma y, tras subir andando hacia la mitad de la trialera, os llamo para que empecéis a bajar, que las "tortas" que os daréis quiero grabarlas bien para "colgarlas" en YouTube, je, je- para, rematar el "tute" del día con la exhibición típica de Carretera de les Aigües.