lunes, 21 de abril de 2008

¡Sin respiro!

Sin duda, el título lo dice todo. Una salida sin respiro, con tres subidas a tope y, para postre, un par de senderos (con algún tramo de subida, también) que no nos dejaban relajarnos; y, además, ¡a qué velocidad!. 30 Km, con casi 900 metros de desnivel positivo acumulado (datos aproximados ya que en una parada se me olvidó poner el GPS en marcha; a ver si Andrés tiene algún dato más y lo "colgamos" aquí), ¡en menos de dos horas, con senderos incluidos! O sea que la media fue............¡tremenda, para qué hablar de números!

Al fallar Emili, jefe de rutas del día, tuve que improvisar la salida del día. Lo que tiene ventajas e inconvenientes. El inconveniente principal es el de siempre: haga lo que haga, estos "bribones" me van a criticar. Y para muestra un botón -anécdota, por cierto, que, al olvidárseme explicar en la crónica de la Rierada, la muestro ahora-: el famoso día del "agua", y tras no encontrar ningún motivo de crítica a la ruta para meterse conmigo.....¡me criticaron no preveer que nos encontrásemos con dos caminatas en nuestro camino! Al menos, he de decir que, en general, la Penya es bastante justa: ¡se meten con todos los jefes de ruta, se haga lo que se haga!

Pero, bueno, la ventaja: puedes elegir lo que quieras y, en mi caso, siempre me gusta variar un poco (o sea, no solo pista, no solo senderos), aunque, casi siempre, descarto trialeras extremas. ¿Y qué podía elegir, además sobre la marcha, ya que no tenía nada preparado? Pues bien, también es un inconveniente ya que, aún estando cansado de mi entrenamiento del viernes, tampoco era plan de "rodar" en el Llobregat, o sea que, venga, "som-hi", a sufrir.

Y digo a sufrir, porque salvo Isi, estaban todas las "fieras" con Ramón "el máquina" (¡menos mal que tiene dolor de espalda!, sino ir un rato a rueda de él sería un infierno) y Albert al mando; pero, la sorpresa, vendría después.

Los "penyistes" asistentes fueron: Albert, Alberto, Cuñao, Joan, José Luis, Xavi, Ramón, Andrés, Manel y, esperemos, si sigue así, un nuevo miembro más, Tomás. Y la ruta fue: RENFE-Carretera de Esplugues-Rambla de Sant Just-Pista/sendero de Can Coscoll-Penya del Moro-Sendero Penya del Moro-Medio Mortirolo-Containers Can Pasqual-Can Castellví (casa rosa)-Bajada al Turó de Can Balasc-Subida de Can Balasc a Can Castellví-Containers de abajo (Can Cuiàs)-Pista de l'Espinagosa-Turó d'en Cors-Trialera a Can Carbonell-Sendero a Sant Pere Màrtir-Plaça Mireia (almuerzo)-RENFE. Una ruta variada para trabajar un poco todo, como siempre, de cara al Cabrerès.

Hicimos la primera subida hasta el sendero de la Penya del Moro prácticamente juntos, pero, eso sí, con ritmo, para empezar a calentar y, ya se intuía ahí que la cosa iba a tope. Empecé yo delante con la idea de un ritmo más o menos asequible, pero, en cuanto abandonamos el sendero de Can Coscoll y afrontamos la subida final a la Penya, ya se pusieron Ramón, Albert y Andrés delante y, a partir de ahí, como digo en el título del "post": ¡Sin respiro!

El sendero, como siempre, divertido, con la primera parte en ligera bajada, con algunas ramas y raíces y algún paso estrecho, disfrutándolo a tope. Yo delante, pero, a unos 500 metros, y tras saber que íbamos todos (Albert, como está tan fuerte, en un cruce con una pendiente casi imposible, hizo un recto hacia arriba, en vez de seguirnos a nosotros, hasta que se dió cuenta que, ni con la bici a cuestas se podía seguir), me paro ante un árbol en medio del sendero y, claro, al atravesarlo, veo al resto de la Penya pasarme por la derecha del árbol caído; había un paso que no había advertido. Llegamos a la parte final, ya en subida con plato pequeño para, tras terminar el sendero, coger una rampa de escasos 50 metros, pero con más del 25% de desnivel positivo que, casi toda la Penya hicimos.

De ahí, y al terminar la pista que se une con la principal que nos lleva al Mortirolo, por un lado, y al Poni Club, por otro y tras reagruparnos, casi todos con la lengua fuera, nos dirigimos, en ligera bajada hacia el Mortirolo para afrontar la mitad de la subida y enlazar, por carretera, con los containers de Can Pasqual. Me adelanto un poco, con la idea de intentar hacer una subida tranquila (me encontraba muy cargado de piernas ya), y, en función del ritmo, coger una buena rueda. Me dije para mí mismo: "Bueno, cuando me pasen Ramón, Albert y Andrés (recordando la salida del miércoles), tomaré una referencia e iré haciendo". Así sucedió al principio: Ramón, a los 50 metros de subida, ya me había pasado como una locomotora aunque, luego, decidió darme un poco de rueda y así, con esa referencia -¡no sé si habría sido mejor que te hubieses ido, compañero!-, no tuve más remedio que ponerle ritmo.

Ya entrando en las dos rampas dobles finales, Ramón, casi sin querer, se marcha (¡qué tío!; ¡su ritmo es imposible!) y, tras de mí, oigo una bici por detrás: "Ya viene Albert; relájate; que te pase y acabas recuperando para la parte de carretera". Pero.........., cuando me pasan y me giro para ver quién es...........¡es el Cuñao! ¡No puede ser; ya me pasa hasta el Cuñao! ¡Albert, tenías que haber sido tú! Y, claro, el peor enemigo del ciclista, y más a nuestra edad (es que hay que dosificarse quieras o no), salió a flote: ¡no puede ser que el Cuñao me gane en el Mortirolo! (es que somos como críos) y, tras un tremendo sprint consigo pasarle y llegar al Mortirolo delante de él, pero, claro...........¡ya no pude más! y en la parte de carretera ví, impotente, como se marchaban él y Ramón hacia arriba y, a pesar de que a los 500 metros ya recuperaba un poco el aliento, tanto Albert (que yo creo que no me pasó en el Mortirolo porque se quedó retrasado en la bajada) como Andrés y Manel me pasaron al final. ¡Tremenda subida y ritmo! Y, cuando llegó el resto del grupo (¡no creáis que llegaron media hora después, que me habría venido de "coña" para recuperarme, no!; en menos de un minuto ya estaban todos allí), el comentario estaba cantado: entre la tirita respiratoria que tenía, la cara de "killer" concentrado y la subida que había hecho, claro está: "Cuñao: ¿que te has "tomado" hoy?"

Yo ya estaba medio muerto y Ramón y Cuñao todavía no habían sudado. ¡Tremendo! Si llega a venir el Isi habría dado por finalizada la ruta. Pero...........¡no eran ni las 9 de la mañana! Así que, más por inercia y totalmente "hecho polvo", decido que ¡subamos Can Balasc! Algunos como Manel, Joan, Xavi y, ¡que caray!, yo mismo decían o nos decíamos: ¡otra subida dura! ¡Pero esto que es! Así que, nada, a Can Balasc. Total, con no coger la rueda de los tres "monstruos", ya podríamos subirla tranquilos.

En la bajada, los "bajadores" lo tuvieron claro: "¡Vámonos ya y, así, al menos, al empezar la subida, tendremos una ventaja y, cuando nos pasen el "golpe moral" no será tanto!" Y, claro Tomás, José Luis, Xavi y Joan con Andrés y Ramón tomaron la delantera. Por detrás Albert, Cuñao, Manel y yo. Y menos mal que fue así ya que creo que fue la subida del día que todos hicimos a un ritmo medio a nuestras posibilidades. Al menos en mi caso, ya que Albert decidió salir a por ellos, pero yo no salí con él. Aún así, vaya ritmo en la subida tuvimos todos.

Al llegar a la casa rosa, por fin, ya pudimos finalizar el cúmulo de subidas, aunque algún tramo con pendiente nos esperaba, pero ya, en dirección a Can Llevallol y Can Cuiàs, con lo cual no era tan continuado. Tras llegar a los containers de abajo, hicimos la pista por la Espinagosa, hasta la plaza del mismo nombre, cerca de Vallvidrera, para dirigirnos al Turó d'en Cors.

Allí, tras despedirnos de Albert, hicimos la trialera de Can Carbonell -nueva para la mayoría de la Penya y, que por sus comentarios, gustó- y el sendero de la Font del Ferro, pero sin completarlo entero -otro día lo haremos- y desviándonos hasta la Plaça Mireia. Una vez allí, el Cuñao volvió a ser protagonista y es que decidió ponerse en cabeza y, por detrás, los comentarios fueron sin misericordia -"¡ahora te vas a enterar, Cuñao, por habernos hecho sufrir en las subidas!"-: "¡Cuñao, más deprisa!; "¡Cuñao, que no podremos almorzar hoy!"; "¡Cuñao, hombre, que me voy a caer de lo despacio que vamos!" y otros de otro tipo. A medio camino y, la verdad, tras frenar varias veces para no atropellarlo (yo iba justo detrás de él), decidió "no soportar más la presión" y Andrés y yo pasamos delante.

Pero, esta Penya es tremenda y entre el "buen rollo" y la camaradería, siempre se muestra el comentario picante y, además del jefe de rutas, alguno más "recibe"; o sea, que el tema no era sólo con el Cuñao. En un cruce con un giro complicado del sendero, Andrés se para. Comentario al canto. Después, al pasar yo delante y frenar en medio de unas raíces, comentario de Ramón: "Anda, déjame pasar que me voy a caer en la próxima frenada". Todo eso, con risas de todos y comentarios de todo tipo sobre la habilidad sobre la bici de más de uno. Lo dicho, disfrutando de la BTT...........

Al acabar el sendero, y tras ver a Ramón hacer la rampa final de 20 metros, imposible, montado en la bici mientras los demás la subíamos a pie y resoplando (¡vaya "tela! Desmoralización hasta en el final del recorrido), decidimos, a pasar de que sólo eran las 10:00h de la mañana (hicimos toda la ruta ¡a más de 15 km/h!), almorzar en Plaça Mireia y es que, si llego a "meter" una cuesta más, me matan.

Ni que decir que el almuerzo fue "jugoso" como siempre, con comentarios de todo tipo. Yo, al menos, y a pesar del sufrimiento, me lo pasé en grande, casi tanto como en la Rierada; no sólo por la ruta, sino por las risas y comentarios que nos hicimos entre todos ya que, como siempre se dice en estos casos: "cuantos más seamos, más reiremos".

1 comentario:

Andres dijo...

Se saluda¡¡¡
De los datos que puedo ofrecer,si te refieres al perfil de altimetria, siento decir, que como llevo una bici prestada, no dispongo en ella, de la base donde engancho el velocimetro/altimetro. Espero que un dia de estos, el taller donde la tenga abra, porque sino tendre que hacer caso a Xavi y quedarme con la prestada.
De todos sabemos Alberto, sea quien sea el jefe de ruta, le tocara oir las criticas constructivas, que de esas hay muchas. Yo tambien critico y aprovecho para decir que habia mucha piedra en la ultima trialiera de bajada que hicimos. Tendrias que haber ido el sabado a retirar esas molestosas piedras. Sin embargo, te felicito, por la nueva ruta/pista que hicimos. Fue divertida y novedosa.
Lo que paso con el cuñao no tiene razon de ser. NO puede ser que baje como un cagamandurrias o un cordero degollado, y suba como subio. Para mi, que tenia las pupilas dilatadas, señal inequivoca de que habia tomado carnitina hasta las cejas. No veas como iba el cuñao. Si no lo hubiera visto no me lo hubiera creido. Ir a rueda con Ramon, y pasar a Albert es algo paranormal. No se como lo hare, pero investigare sobre ello, y que se prepare el cuñao como todo eso sea postizo. Como decia Ramo, todo lo que gana en la subida lo perdio en la bajada y sobretodo por la trialera. No me extraña, con ese manillar de camion pegaso, no se puede bajar por trialeras.
Andres
Andres