Ruta dels Avencs...¡más un "pequeño" plus!

Sí. Ha sido "sólo" un "pequeño" plus.....¡¡con un total de más de 80 Km!! Jordi, Alberto, Toni y Rosendo nos hemos dado ese plus (84,3 Km a 17,6 Km/h y 1.890 metros de desnivel positivo acumulado. En el gráfico faltan 3,8 Km de pérdida en una parada que no puse en marcha y su correspondiente desnivel, calculado posteriormente ¡Grandes números!), esta mañana, en un día magnífico para hacer BTT, mientras que el resto de la Penya (¡espero noticias de la salida de esta mañana!) ha hecho la salida habitual con Xavi de jefe de ruta, ya que, finalmente, ha podido "pedalear" (¡Me alegro, Xavi, que tu caída del miércoles no sea nada importante, aunque Toni me ha recordado hoy que no fue culpa de él. ¡No te estaba presionando para nada!).

Empecemos por lo que sabemos. Intentaré ser breve, aunque ya sabéis que, al final, casi nunca lo consigo. Propongo, para la próxima vez, hacer un montón de fotos y, entre ello y el perfil, hacer el "post" sin más comentarios. ¡Mis dedos me lo agradecerán!

A las 07:45h, con Toni dudoso ya que está en plena alergia primaveral -le animamos a que empezase y, según como se encontrase, dar media vuelta ya que no tenía pérdida-, los cuatro mosqueteros destacados por la Penya BTT Canigó nos dispusimos a invadir territorio hostil: el Garraf -más bien Ordal/Garraf-. ¡Caramba, ya me parezco a Plato Pequeño relatando sus andanzas! Mejor vuelvo a mi estilo; cada uno con lo suyo.

No detallaré el recorrido para no agobiaros y, además, porque no conocéis, prácticamente, ni la zona ni sus nombres. Así que resumiré la salida y, sobre la marcha, daré alguna cita. Lo dicho: salimos hacia Cornellà, con cierto ritmo para llegar a tiempo de ponerse el dorsal con calma, y, tras cruzar el puente cercano al nuevo campo de un nuevo equipo de segunda división (¿cuál será? ¡De buen rollo, no se me cabree ningún "perico"!), cogimos la pista del río Llobregat, dirección Sant Boi. Una vez allí, tras 6 Km de llaneo que nos sirvieron para calentar, empezamos a subir, por carretera, hacia Sant Climent de Llobregat y, tras la bajada hacia el pueblo, iniciamos la subida hacia el cementerio y, después, ya en pista, las terribles herraduras de subida hacia la Ermita del Remei. Allí, a pesar de descolgarse ligeramente, ya vimos que Toni, a pesar de la alergia, como un campeón, estaba dispuesto a todo. Los demás le gritamos todos a una: "¡Con dos cojones, Adelaida!" ¡Para qué se lo diríamos! Fue como doparse. Un subidón que casi nos traga como una ola. ¿Ola? ¿De qué me suena esto?

Acabamos la subida por el Puig d'Endí, con varios repechones duros, para, tras bajar por la pista del Camí Ral, llegar y, por supuesto, sufrir la subida de la trialera roja de Begues (o Roques del Barret), con plato pequeño, para dejar fuerzas para el resto, ya que, solo llevábamos, en ese momento, 18 Km. La subida se las trae ya que han puesto bastante gravilla y, si no trazas bien, te quedas parado en seco. De todas maneras, todos la hicimos sin novedad.

Ya en la carretera de Begues a Torrelletes, nos dirigimos hacia la ermita de Santa Eulàlia, en la otra punta del pueblo y, ya con 20,5 Km en las piernas, llegamos al Poliesportiu local. Y con sorpresa: nos recibe José Manuel -de Bike World, tienda y taller de algunas de nuestras bicis-. ¿Qué haces aquí, compañero? ¡¡Dirigiendo el tráfico!! Y, por cierto, no demasiado suelto en tales menesteres. ¡Mejor llevas la tienda! Un abrazo desde aquí.

Tras colocar el dorsal.....¡¡salimos los últimos y con mucho!! Mis tres compañeros, al parecer, estaban en la lista de incidencias de la organización y, hasta que no las solventaron, no pudimos salir. Por ello, la salida fue...¡¡maricón el último!! Nos fuimos, como posesos, a buscar la subida al Montau -menos mal que conocía el recorrido, si no....-, con miedo, por mi parte, debido al ritmo que llevábamos, que la subida fuese por su famosa trialera. Menos mal que no fue así y, por tanto, la ascensión fue por asfalto, ancho y en gran estado para ser una pista que se corta al final.

Jordi y yo, por delante, con Toni y Rosendo, sólo unos metros detrás, hicimos un subidón, adelantando a más de 100 ciclistas, a un ritmo que no sé si Ramón aguantaría.... ¡Es broma! De hecho, comentábamos que Ramón lo haría con plato grande. Era una subida, aunque dura en algún tramo, muy agradable de hacer.

Tras llegar a la central eléctrica, ya en pista de tierra, empezaba lo duro: unas rampas de 21% que nos llevaban hacia el Pla de Montau, justo al lado de la caseta de bomberos que está a unos 500 metros de la cima -ya hice una foto de ella en un "post" dedicado al Montau-, combinados con un par de repechones más, realmente duros. Al acabar esto, Toni, Rosendo y Jordi -con dudas, pero animados por mí, ya que sé que bajan muy bien-, empiezan una terrible trialera de ¡más de 4 Km! llena de piedra cortante y con un desnivel que te quitaba el hipo. Según me contaron ellos después, y nada más terminar, el dolor terrible de manos, brazos y muñecas, les acompañarían el resto de la ruta.

Por mi parte, habiendo ya decidido días antes no hacer dicha trialera, sigo hacia la cima del Montau y bajo, por pista, estrecha, llena de piedras y, también con un fuerte desnivel (en algún caso del ¡¡31%!!), hacia la cementera de Begues Parc y, tras un par de kilómetros por carretera, llego a Olesa. Me pierdo un poco en el Pla de L'Hospital hasta que, finalmente, cerca del restaurante El Celler, veo, a lo lejos, a varios ciclistas dirigiéndose hacia La Mola. ¡Uf, menos mal! Creía que tenía que volver a Begues por carretera.

Por supuesto, no veo a mis compañeros y decido seguir a ritmo. Me encontraba bien aunque ya llevaba 40 Km. Subimos La Mola, una subida muy tendida, algo pedregosa, pero que se puede hacer a 15/16 Km/h, sin más problemas y, tras hacer la trialera hacia Can Grau (una masía-escuela muy conocida, cerca de Olivella), bajamos por carretera hasta la entrada en la Plana Novella, con su monasterio budista presidiéndolo todo.

Ahí empezó lo nuevo para mí y, la verdad, me gustó. En vez de subir por la pista de Sitges a Begues, que hemos hecho alguna vez la Penya, de bajada, para hacer la ya desaparecida comida de final de temporada en Sitges (¡a ver si la rescatamos este año, compañeros, aunque sea en otro sitio!), cogimos un sendero lateral, pedregoso pero no complicado, que, tras hacernos ir un par de kilómetros por dicha pista, nos volvía a meter por otro sendero hacia el Puig de les Agulles y la Collada de la Clota, ya parte conocida por mí, ya que está al lado de la Desfeta, una cima con unas vistas extraordinarias del Baix Llobregat.

Estuve yendo rápido en todo momento, esperando que mis compañeros me atrapasen con la idea de llegar juntos a meta. No venían. Por ello, en el sendero final para pasar por debajo del puente de la riera de Begues, ya en el pueblo, decido ir tranquilo para ver si enlazaban. Seguían sin venir. Entro en el pueblo y, cuando accedo a la zona de meta, después de saludar a José Manuel otra vez, paso la pancarta de meta, miro hacia atrás y, ¡¡¡Jordi detrás mío!!! Fenomenal, como siempre. Cinco minutos más tarde, llega Rosendo y Toni, dos minutos después.

Los cuatro del grupo de los 80: Rosendo, Alberto, Toni y Jordi

Recogemos nuestro regalo (¡Guapo el Buff que nos dan!), comemos nuestra "buti" y, tras comentar brevemente todo -Rosendo y Jordi me confirman lo que Carlos Prieto nos dijo sobre la famosa trialera: fea a más no poder, sin posibilidad de disfrutarla en ningún momento-, nos volvemos a montar para hacer los 22 Km que nos faltaban. Menos mal que, desde Begues hasta Sant Climent eran de bajada y nos permitió recuperar un tanto, sino, no me explico la tremenda subida que nos hicimos Jordi y yo hasta Sant Boi. ¡¡Dos relevos memorables que nos hicimos, superJordi!!

"Buff" de regalo de la Pedalada de la Ruta dels Avencs 2009

Cogemos el río. Miramos el cuentakilómetros. Rosendo ya llevaba casi 85 Km (hay que recordar que él y Jordi venían desde Esplugues) y, el mío, pasado el puente de Sant Boi, marcó la mágica cifra: ¡¡80 Km!! Solo dos palabras para mis compañeros: ¡im-presionante! Y eso que, habitualmente, ellos no suelen hacer salidas largas que, yo sí hago. ¡Bravo! Y, tras la comprobación de que podéis, solo queda decir: ¡Gracias por la compañía y a por el Cabrerès!