lunes, 10 de mayo de 2010

Terra de Remences

Desde luego, no cabe duda, la bici de carretera es otra cosa -y no lo digo por desmerecer la BTT, que ya sabéis lo que disfrutamos con ella-. Y si, además, en vez de escoger una rutita tranquila, te das el "tute padre" haciendo la más dura de Catalunya.... Pero, vamos al grano.



Jorge y yo salimos de L'Hospitalet a ¡¡¡las 5h 30' de la madrugada!!! para dirigirnos a Sant Esteve d'en Bas, en el corazón de la Alta Garrotxa, con el objeto de realizar la Marxa Cicloturista Terra de Remences. Una marcha que reunió a 3.000 participantes con dos recorridos: uno suave de 95 km y poco más de 900 metros de desnivel positivo acumulado y el duro de 175 km con más de 2.600 metros de desnivel. ¡Y Jorge y yo, sin duda, nos apuntamos a este último! ¡Masocas!


Entrando en Sant Esteve d'en Bas, el ambiente ciclista se respiraba...

Ya llegando a Sant Esteve, con el Puigsacalm al fondo, se empezaba a respirar ambiente ciclista y aparacamos en un lugar habilitado por la organización -¡un 10 en todos los sentidos para ellos!-. Nos dirigimos al pabellón a recoger la documentación y regresamos al coche a preparar las bicis y vestirnos.
Jorge, y detrás suyo su magnífica Pinarello Prince, listos para el ataque

Alberto y la Trek Madone, preparados para la batalla

Cuando nos dirigimos a la salida, no se nos ocurre otra cosa que ¡ponernos los últimos! Estábamos dudando sobre si colocarnos más adelante, cuando se oye la traca que iniciaba la marcha. ¡Ya no hay solución! Toca adelantar "a ciento y la madre" si queremos meternos en algún grupo que nos pueda llevar a buen ritmo. Debido a mi inexperiencia en estas lides y viendo algún que otro "afilador", me quedo a la izquierda del gran pelotón, mientras Jorge, poco a poco, se va marchando.


Foto en la salida. Delante nuestro ¡¡casi 3.000 participantes!!

Entramos en Olot, tras unos kilómetros algo nerviosos, con ciclistas cruzándose de mala manera -¿no es esto una cicloturista? ¿que dan premio por llegar el 550 en vez del 640? ¡Inconcebible la falta de educación ciclista de más de uno!-. Ya me comentaba Jorge, durante el viaje, que, también en este tipo de marchas, hay "elementos peligrosos". Por otra parte, se me cae el chubasquero y, gracias al aviso amable de un participante, puedo ir a recogerlo. ¡Porque hizo falta y mucho! Ya lo explicaré.

Nada más salir de Olot, donde tuvimos que parar más de una vez por culpa de aglomeraciones en glorietas o estrecheces de las calles, tomamos dirección a la Vall de Bianya, para encarar la primera subida del día: el Coll de Capsacosta. Un puerto de 2ª categoría, muy tendido, de unos 8 km y que, a pesar de las malas sensaciones que tenía, pasé sin problemas. Los problemas vendrían nada más coronar, ya que una fina lluvia empezaba a caer.....¡para convertirse, cerca de Sant Pau de Seguries, en un chubasco en toda regla! Parada obligatoria para ponerse el chubasquero -¡menos mal que no lo perdí!-. Y, nada más reiniciar la marcha..¡otra parada obligatoria! Justo delante mío, una ciclista se cae al suelo y se da un buen golpe con su brazo derecho en el suelo. Nos paramos varios ciclistas para ayudarla y creemos que se ha tenido alguna fractura o fisura. Esperamos unos 15 minutos hasta que llega la ambulancia y se la lleva. Vuelvo a reemprender la marcha renegando de ciertos meteorólogos y del propio chubasco: ¡tendré que hacer la corta como siga así! No tengo muchas ganas de irme al suelo yo también....

El agua arreciaba, el ritmo disminuía ya que no era conveniente tomar ciertas curvas y las glorietas de los pueblos a según que velocidades. Y, claro está, el hecho de no poder llevar la bici "a bloque" para ganar media, unido a la lluvia, nos daba total pesimismo para poder hacer todo el recorrido. Además de ello, las piernas se estaban apelmazando y mis rodillas se empezaban a quejar. ¡Que panorama! Y así hasta llegar a Ripoll.

Subimos el Coll de Canes, un puerto de segunda de más de 15 km de longitud donde, gracias a Dios, dejó de llover. Mis piernas, por culpa del agua y el frío, no respondían todo lo bien que quería, aunque, a mitad de puerto, empecé a encontrarme mejor y tuve la duda de hacer el resto del puerto a tope para acabar haciendo la corta, ya que, a su vez, el suelo estaba bastante mojado. Pero, por suerte, decidí ir tranquilo y esperar acontecimientos.

Ya en el descenso, el firme estaba medio seco, gracias al fuerte viento que empezó a azotarnos y que fue punto culminante en el llano de Olot a Sant Esteve. Tremendo viento de cara y de costado, a veces, que no nos permitía ir a buen ritmo. Hubo una recta de más de 1 km, totalmente llana, que en condiciones normales podrías hacer a 35/40 km/h, donde ¡¡no pasábamos de 23 km/h!! ¡Totalmente frenados!

Llegando a Sant Esteve, se encontraba el desvío del recorrido largo. Hago una parada -¡ya había hecho dos más para hacer mis necesidades!- para llamar a Jorge, que iba delante mío, para saber que iba a hacer y me dice, con alegría para mí ya que había "recuperado" las ganas de hacer la larga, que ya está subiendo el Coll de Bracons. ¡Decidido: a por la larga y a por el temible "Cabrons"..., perdón, Bracons!




El Coll de Bracons, con sus siete terribles kilómetros, un puerto de primera con muchas rampas de más del 10% y un terrible kilómetro al 11% con picos del 16 y del 18%, es realmente duro, sobretodo si ya llevas más de 100 km en las piernas con dos puertos, aunque no tan duros, selectivos si no los regulas bien o no estás suficientemente entrenado. La doble herradura a kilómetros y medio de la cima, con una media del 15%, puede ser matadora y más, en mi caso, con las piernas entumecidas por el frío y la lluvia. Pero, en condiciones normales, se sube bien, gracias, sobretodo en mi caso, al piñón del 27 que puse, especialmente, para subir el puerto lo más cómodo posible.

Allí en cima me esperaba Jorge y, por supuesto, nos hicimos la foto con el rótulo del puerto, para quedar constancia de haberlo conseguido. ¡Ya estábamos seguros de acabar la prueba! A pesar de tener molestias en la rodilla izquierda y, tal y como estoy hoy, ligeramente resfriado, me encontraba bien para hacer los más de 70 kilómetros restantes, con la prueba final de la subida al Coll de Condreu.


Coll de Bracons: ¡no has podido con nosotros!

Jorge se porta como un gran compañero, no solo esperándome en la cima del Bracons, sino acompañándome en toda la bajada hacia Manlleu, dándome referencia e intentando llevarme en el llano. Pero hoy, realmente, no era mi día. Entre las molestias y, seguramente, haber entrenado erróneamente los días previos, no tenía "chispa" con el plato grande y los grupos a los que intentábamos unirnos se me iban. Me sabía mal por Jorge ya que en este terreno sé que se desenvuelve bien.

Aún así llegamos bien a Manlleu y empezamos la subida final: el Coll de Condreu, un puerto muy largo de 20 km, aunque con un descanso llano, que pone a prueba las piernas desgastadas por los tres puertos anteriores y que se "agarra" especialmente. Un puerto, además, muy querido por mi parte, ya que es la carretera que nos lleva a La Devesa, donde nos alojábamos cuando participábamos en las diferentes ediciones del Cabrerès y que, por tanto, al menos por mi parte, conocía bien.

Por devolver un poco el favor a Jorge, me pongo delante en la subida para marcar el ritmo. Llevo a Jorge a unos 30-40 metros detrás de mí y vamos adelantando gente, para, ya en Cantonigrós, hacer el último kilómetro hasta el avituallamiento de la gasolinera, tirando de él. Avituallamos y, nada más salir, en los dos kilómetros de bajada y llano, pierdo de vista a Jorge que se va por delante. A pesar de que me siento bien de piernas, no hay manera de que avance con el plato grande. Me mentalizo en acabar la prueba.

Un repecho de dos kilómetros medio llanos nos lleva al Coll de Condreu y, a continuación, una gran bajada, divertida y con varias herraduras nos lleva a Sant Esteve. Jorge acaba en 7h 26' y yo en 7h 29' (en mi caso, 7h 07' reales, descontando los 20 minutos parado ayudando a la chica accidentada). Ya en meta, saludamos a Miguel, que tuvo que abandonar por rotura de cadena y a Nika y su compañero Iván -un plaer saludar-vos, parella de grans cicloturistes!!- y dimos cuenta de un almuerzo reparador.



Jorge y Alberto: ¡satisfechos por haber superado una marcha cicloturista tan dura! ¿Repetiremos?.....

Pero, en estos casos, el tiempo empleado en la ruta es lo de menos. Lo importante, sin duda, es saber lo que somos capaces de hacer encima de la bicicleta. Saber que somos capaces de sufrir para disfrutar y que, aplicado al día a día, nos hace ser, a los ciclistas, más capaces para superar los retos que nuestros trabajos y nuestras familias nos proponen cada día. Y, si superamos con creces el sufrimiento que unos kilómetros encima de una bicicleta nos proporciona, sabremos superar los pequeños o grandes problemas que la vida diaria nos da. ¡Por ello somos, actualmente, ciclistas! Y que sirvan estas últimas palabras para Rosendo y Antonio en forma de reconocimiento por su éxito al ser "finishers" de la Titan Desert. ¡Va por ellos también! Y, también, por todos los que disfrutan de la bici en todas sus vertientes, incluída la lúdica ya que, a pesar de todo, también implica un sacrificio. ¡¡Nos vemos dando "gas a la burra!!

8 comentarios:

Noe SLopes dijo...

Enhorabuena por la gesta. Mucha gente se ha decidido hacer la corta por miedo a la lluvia, pero de cierto modo, disfrutar de los elementos de la naturaleza en ruta es una de las facetas del ciclismo. Si solo nos centramos en el tiempo final, dejamos de disfrutar de lo que realmente importa, el ciclismo en todas sus variantes: frio, calor, lluvia, nieve, etc.
Lo dicho: Felicidades!

Mosquito Navarro dijo...

Buena prueba de sufrimiento...

PRUEBA SUPERADA...

me alegro por vosotros...

Buena crónica...

Txarly dijo...

Enhorabuena campeones, menuda gesta y encima con diluvio, corto pero inteso según me han contado.
Con esta ya no hay marcha que se os resista, seguro que a la próxima se apunta mas de uno.
Saludos.

Carlos.

jorge dijo...

Gracias Noe, a Nika si que tuvimos la suerte de verla y saludarla ,pero a ti, entre que salimos de los ultimos y que tu andas mucho ,no te pudimos conocer,seguro que en otra ocasion sera,animo campeona, a seguir pedaleando como Cancelara y deja de lado el oso.

jorge dijo...

Alberto champion, guapa la cronica,la marcha estuvo genial, la organizacion un 10 .

nikabike dijo...

Alberto, contenta d'haver-nos tornat a trobar (bé,... vosaltres A MI, QUE JO US VEIG A TOTS IGUAL...). Per cert, a la foto de la sortida surto jo!! estav davant vostre, amb un xaleco gris, entre una noia de negre i dos tius de blanc.
A veure si ens tornem a trobar i, mentrestant, a seguir pedalant i disfrutant!!

Bruno dijo...

Hola Alberto, soy Bruno, compañero de sufrimiento de Carlos y Jorge.
Muy buena tu crónica, es como haber estado allí.
Enhorabuena por hacer una prueba de esas características, y acabarla en buenas condiciones. Aunque es carretera, son muchos kilómetros, mucha subida, y condiciones metereológicas adversas. Encima hacéis la larga. Vaya dos...
Saludos

Bruno dijo...

Y gracias por tus ánimos para el Soplao, nos harán falta (por lo menos a mí).
Aprovecho para darles la enhorabuena a vuestros dos compañeros Rosendo y Antonio (no sé si lo leerán) por haber hecho la tremenda Titan Desert. Vaya máquinas.
Saludos