Cuatro componentes de la Penya -Antonio, Alberto, Paco Sánchez y Quique- partimos, desde L'Hospitalet, en dirección Sant Joan Despí para realizar la cita anual de la Penya desde 2.003: la Travessa Sant Joan Despí-Montserrat. O sea que era nuestra novena participación, aunque, si sumamos la que hicieron en 2.002 Antonio y Paco, ¡saldrían, ya, diez! Pero, no hagamos trampa numérica ya que, por aquel entonces, nuestros compañeros no eran miembros de la Penya. ¡Esperaremos al año que viene para celebrar los diez! Y yo, en mi caso, tendré que esperar al año 2.013 ya que, como he comentado alguna vez, me perdí la del 2.005 por lesión.
Salimos a las 7:20h desde Av. Carrilet con Rambla Marina, ya pedaleando, para llegar a las 7:45h al nuevo emplazamiento de recogida de dorsales y salida, mucho mejor situado que en la habitual salida de Cal Negre. Nos hacemos la foto de rigor de los cuatro ya que intuiamos, lógicamente, que ya no nos veríamos en todo el recorrido.
Paco Sánchez, Antonio, Quique y Alberto en Sant Joan Despí. ¡Una Travessa más a Montserrat y van nueve de la Penya!
Un acierto de la organización, sin duda, fue este nuevo emplazamiento de la salida, en la zona cercana al pabellón de la calle Major, cerca de la carretera del Polígono El Plà, en una rambla muy ancha donde era imposible no tener buen sitio de salida..... para, luego, estropearlo en el acceso a la pista del río Llobregat donde, cómo no, hubo el primer y, por suerte, único embotellamiento de la pedalada.
A Quique lo perdimos de vista enseguida, por delante, y a Paco, por detrás. Están claros sus ritmos, ¿verdad? Todavía no sé el tiempo que hizo Quique -¡ya nos comentarás, "crack"!- ya que al llegar a meta, ni lo vimos. ¡Se debió hartar de esperarnos tanto! Por otra parte, Paco, con su ritmo "diesel", se regulaba para llegar lo mejor posible a Monistrol.
¡Gran ambiente, como siempre, antes de darse la salida!
Antonio y yo nos fuimos viendo en toda la Pedalada. Yo, al principio, como él, íbamos a buen ritmo con el plato grande por el río, para calentar en condiciones antes de la parte más dura de la ruta. Salvo las dos zonas típicas de cruce de sendas rieras secas que van a desembocar al río, llenas de polvo y guijarros que nos frenaban, literalmente, las bicis, llegamos al primer avituallamiento de Castellbisbal, sin ninguna novedad.
El tremendo perfil de la Travessa. La subida final, supongo, sabéis a que se refiere....
Sin pararnos en el mismo -son solo 18 km y casi todos llanos como para avituallarse-, nos adentramos en un bonito sendero, técnico en su parte de subida, donde más de uno puso pie en el suelo, para, bajar a la riera de Can Oliveró, difícil y con varios surcos, en donde no era fácil evitar la caída. Por mi parte, como ya sabéis, no me caigo porque voy "cagao" y, así, lo evito. Eso sí, era realmente una bajada complicada con varias curvas cerradas, surcos y piedra suelta. ¡Nada que ver con nuestra Collserola! Claro está, tras bajar hacia la riera, novedosa este año, tocó subir por unas paredes al 25% que.....¡tocó hacerlas a patita!
Tras pasar otra riera complicada, empezamos la subida a Ullastrell. "¡Estupendo!", me digo, "ya podemos hacer pista hasta el avituallamiento". ¡No! Tocaba bajar otra vez a una riera. ¿Qué les ha pasado este año a los organizadores? ¿Esperaban lluvia y querían convertir nuestra querida Pedalada anual en una aquatlón? A más de uno se nos fue la moral por el suelo pensando que, si éstas eran las novedades de la Pedalada, íbamos a llegar bien "maduritos" a Monistrol. Porque, cómo en el caso de la riera anterior, tras atravesarla y mojarnos en ella, tuvimos, nuevamente, que subir otro muro de casi un kilómetros con rampas de hasta ¡¡el 27%!! ¡Así era imposible llevar un ritmo!
Me dejo ir hasta Ullastrell, subiendo, ya por pista, hacia el cementerio donde, como cada año, se hace el avituallamiento.....¡No! Este año nos lo han cambiado hasta este típico lugar; esta vez fue en una pequeña plaza del pueblo. Allí nos unimos Antonio y yo y, por primera vez en los últimos años, me detuve allí a avituallar. ¡Mal presagio! Aunque en el llano me encontré relativamente bien, al empezar la parte de subida-bajada desde Castellbisbal, ya noté que no estaba en condiciones. El calor empezaba a apretar -¡uno de mis "enemigos"!-, notaba problemas de respiración y estaba empezando a beber más de lo normal -¡nada de alcohol, no penséis mal!-. Síntomas, sin duda, de que, a pesar de haber entrenado, y bien, los días previos, algo fallaba.
Comemos y charlamos un poco sobre las novedades del recorrido, el calor que ya empezaba a apretar y lo que nos quedaba. Estábamos en el km. 35 y aún quedaban más de 40 km....¡¡los más duros!!
Iniciamos la bajada habitual hacia la única riera que sí hacíamos cada año, pero, esta vez, evitando la peligrosa trialera -¡también única en años anteriores!- que conduce a ella. También, como todas las bajadas anteriores, estaba llena de diferentes obstáculos que nos pone la Madre Naturaleza y, esta vez, Antonio, a pesar de llevar su "hierro" de descenso -¡¡a ver cuando te cambias ya la bici, compañero, que ya tiene unos cuantos años!!-, en una curva cerrada metió su rueda delantera en un surco y "besó" el suelo, aunque, por suerte, sin consecuencias. Después de atravesar dicha riera, se hace la famosa rampa de más del 22% que nos lleva a la pista asfaltada en dirección a la urbanización de Ribes Blaves -¡¡en territorio Platico y yo sin salvoconducto!!-, en otros años, se subía pedaleando, aunque sufriendo, pero que, al estar en muy mal estado, tocó hacerla a pie. No vi a nadie subiéndola en bici....¡era imposible!
Bajada hasta Olesa de Montserrat, tras hacer los toboganes de la urbanización en los que, en alguna rampa dura -más del 10%- ya notaba que no iba a acabar bien la pedalada, hacían presagiar la subida al famoso Puigventós, que realizamos el año pasado. Mi moral, al no encontrarme bien, estaba por los suelos a la espera de la dureza del puerto pero....¡lo hicimos por otra vertiente, más suave, pero más larga! Sufrí lo indecible, sobre todo, como he dicho antes, en las rampas de más de dos dígitos de desnivel, y más al no saber cuando se acababa. Corono, tras pasar a Antonio unos kilómetros antes, el puerto y bajamos hasta la riera -¡otra vez "patinaje sobre piedras"!- que nos conduce a la carretera de Manresa. ¡Uf, al menos me puedo relajar un par de kilómetros por carretera hasta La Puda!
No me paro en su avituallamiento y decido, en vista del malestar general, ir muy tranquilo por la pista del río hasta el avituallamiento de Monistrol. Tan lento fui que me pasó "todo Cristo" y, ni siquiera ese ritmo lento me permitió disfrutar del famoso desfiladero -¡realmente fantástico!- que atravesamos, como cada año, ya cerca del Aeri de Montserrat. ¡Lo siento, amigos platicos, no veía, a esas alturas, ni por donde pasaba! ¡"Pájara"!
Llego a Monistrol y a los dos/tres minutos aparece Antonio. También, por primera vez en los últimos años, decido parar y, además largo y tendido. Era imprescindible comer algo y beber antes de salir pero, sobretodo, intentar recobrar el aliento. Antonio me comenta que está fatal de piernas mientras que yo, tengo problemas de respiración y estomacales -¡"pájara", yo os lo he dicho!-. Se pone una crema recuperadora, me ofrece. Le digo que las piernas están bien, solo que no reciben "gasolina". Le dejo que acabe y, armándome de valor, arranco hacia la cima de todos los catalanes.
El descanso, al menos, me ha venido bien y, tanto en el tramo de carretera como al inicio de la subida por el Cremallera, subo decentemente. Aún así, el cuerpo me sigue pidiendo líquido. Intento beber pero el estómago me lo rechaza en forma de arcadas. Decido ir bebiendo a sorbitos cortos. Llegamos a la famosa rampa del 20% anterior a la carretera de la urbanización de La Calsina y, ¡como no!, me la hago entera......¡a pie y resoplando!
Menos mal de la carretera ya que, en caso de haber seguido subiendo, habría dado media vuelta. ¡Aunque algunos me conozcías como "irreductible" -¡ostras, me sale hasta en dialecto "Plato Pequeño!-, es totalmente cierto que me pasó por la cabeza! ¡Y más de diez veces! Relajo al máximo, casi sin dar pedales, incluso en terreno favorable. Me pasa mucha gente que se encuentra mejor, pero, entre ese "descanso" y el hecho de pensar que la subida restante es más "tendida", me rearmo moralmente para seguir.
Llegamos al último avituallamiento líquido con 70 kilómetros en las piernas -este año la Pedalada ha sido más larga y con más desnivel, según mi GPS-. Lleno el bidón de agua, empiezo a beber y.....¡vuelvo a tener arcadas! "Ai, que patirem!". Empiezo la subida con plato mediano y ritmo regular. Me siguen pasando muchos ciclistas. Es imposible, siquiera, "meter" algún pìñón. Las piernas no van aunque ni me duelen ni las tengo cargadas. Llegamos a La Calsina. Sólo quedan cuatro kilómetros. Me paro. No puedo seguir. Descanso un par de minutos y, muy a pesar mío, decido poner ¡¡el plato pequeño!! para llegar a meta. En el último kilómetro, ya viendo la Ermita de Santa Cecilia, me vuelvo a parar. Esta vez solo unos segundos para beber dos sorbitos de agua, respirar un poco y llegar a meta.
Como todos los años, la llegada es emotiva. Recuerdos de cosas vividas, de pedaladas de otros años y de tu familia, claro está. Saludo a Esteban -¡gran "descendeur" y, ahora, gran fondista!- que me recibe con un "¡que grande eres!" que me emociona. ¡Gracias, Esteban, eres un "crack"! Paso la meta y me dirigo al avituallamiento. Cojo el bocadillo y el único vaso de Aquarius que dieron en toda la pedalada -¡seguís sin aprender, después de tantos años, que los ciclistas necesitan reponer líquido y sales, no solo agua!-. Soy incapaz de probar un bocado y solo puedo beber un par de sorbos de Aquarius. ¡Estoy "muerto"! A los cuatro/cinco minutos llega Antonio hecho "polvo", en su caso, de piernas. Comentamos todo junto a otros "btteros" veteranos, pero, sin duda, contentos por haber hecho los 77,5 km con 2.080 metros de desnivel positivo acumulado de la XVI Travessa Sant Joan Despí-Montserrat en 5h 41' reales (6h 01' oficiales). ¡Otra más!
Una vez recuperado, y sin haber llegado Paco, me dirigo al Monasterio para hacer mi ofrenda por mi hija a la que se unieron Antonio y Paco, tras llegar éste a meta, el cual, también, ofreció sus cirios por sus familiares. ¡Momento emotivo para los dos con la compañía de Antonio! Bajada rápida a Monistrol, deteniéndonos a reponer fuerzas -al menos yo, ya que no había podido comer ni beber nada al llegar a meta-, en la brasería Can Ibars, a la que pienso volver en alguna salida con la bici de carretera -¿cuándo la montamos, Penya?-. Allí, por suerte, mi estómago recibió encantado la "llesca amb pa, all, tomaquet, oli i pernil" que me pusieron y que me hizo revivir y donde los tres tuvimos una charla estupenda hablando un poco de todo. ¡Genial final!
Can Ibars: totalmente recomendable para ciclistas. Te guardan la bici en su parking y tienen muy buen precio
Viaje de vuelta en el tren de los Ferrocarrils de la Generalitat, en conversación con otros "btteros", y llegada a casa.....¡un poquito tarde, eso sí!
Y, para acabar, darle la razón a Paco. Yo tuve en mente, durante muchos kilómetros, no volver nunca más. Pero, claro está, como siempre en estos casos, me retracto: ¡hasta el año que viene en que cumpliré mi noveno cumpleaños montserratino!
Y este miércoles.....¡la Pedalada de la Guardia Urbana o "de los funcionarios"!
7 comentarios:
Pedazo de crónica,enhorabuena por la gesta,como siempre por mucho que suframos con la bici,siempre acabamos con una sonrisa, que cojones tendrán!!
Un abrazo.
JAUME (bicialmuerzo)
Alberto, hasta yo he sufrido con tu crónica, como bien dice mi "hermano" Jaume, que cojones, y es que esto es así, bravo por vosotros, un abrazo, y haber si te subes a recuperarte con los bicialmuerzos, que de "pajaras" sabemos un rato.
Excelente pedalada!! Enhorabuena, creo que es una buena ruta y por lo que veo, casi un Clásico.
Vaya supercrónica te has currado Tocayo, se me caen hasta las lágrimas al ver tanto sufrimiento en carrera.
Ánimo, 2 más y llevarás una década subiendo a Montserrat...
Vaya Alberto, pues sí que lo pasaste mal. Pero eso le da aún más valor a tu gesta. Yo me habría retirado a la primera arcada. ¡Qué valor tienes!
Así que sólo puedo darte mi enhorabuena, que además de completar la prueba, ya durilla de por sí, lo has tenido que hacer echándole un par. Sí señor!!!!
Jaume y Juanito: Sí, es verdad, nos gusta la bicicleta, aunque se sufra, a veces, con ella. ¡Gracias y os sigo leyendo en Bicialmuerzo con vuestro Capolat, vuestro Avià, vuestras "buenas tetas" y, sobretodo ¡¡vuestro Alfonso!! A seguir disfrutando y sufriendo.
Jordi: Sí, es un Clásico anual de la Penya. Esperamos hacer la décima el año que viene. ¡Prepáratela con los tuyos y te vienes el año que viene!
Tocayo Mosquito: ¡¡Yo también lloré, y no solo de emoción, te lo aseguro!! ¡Jamás había sufrido tanto encima de la bici! Me hago viejo.... Igual necesito una jubilación anticipada. Veo en vuestro blog que empiezas a levantar cabeza después de varias heridas de guerra en vuestro territorio. ¡Esos espartanos que no se rinden! Un abrazo y os sigo vuestras aventuras
Bruno: ¡No me creo nada lo que te habrías retirado a la primera arcada ya que sé, por Carlos, que acabáis todo lo que empezáis! Gracias y ánimos con la bici y con la carrera. Un abrazo
Hola machote, soy Miguel de los Siberianos, decirte que mientras leia tu fantastica cronica se me ponian los pelos de punta y la piel de gallina compañero, me reflejo totalmente en ti, mi sufrimiento en los ultimos kms fueron bestiales, nunca,nunca...he tenido tantas rampas en mis piernas como el domingo pasado. A falta de 2km para la meta sufri una de mis mallores pajaras en btt. Mientras boy leyendo tu cronica boy recordando a la vez lo mal que lo pase, mi infierno empezo el la zona de la Dona Morta, mis rampas en las piernas eran descomulales jajajaja, pero al final llegamos ostias, lastima que solo me pude beber medio vasito de cocacola, vaya tela. FELICIDADES POR TAN ESTUPENDA Y FANTASTICA CRONICA.
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